While exploring Spanish cassette experimental scene few months ago, I've discovered the cassette of, for me by then, completely unknown artists Oscar Abril Ascaso and Sedcontra. Without any further thinking, I have decided to get in contact with Oscar Abril Ascaso who didn't manage to get a copy but he delightfully forwarded me to Anki Toner, saying he was behind it's production... I received the tape from Anki yesterday.
The tape comes with the artwork, which is a photograph pasted onto cardboard
and glued forming a kind of box. The problem is that the picture, which was captured by Christian Ribas, can't be easily accurately and completely displayed by scanning without splitting it apart, so the scans do not
reflect appropriately the artwork. Included with the tape is inlay card which is also scanned.
The opinions are ambivalent considering the audio on A and B side which are interpreted on Discogs as containing the identical material on both (that assertion is denied), although on Anki's copy of the cassette really exist two recordings. Anki believes that the longer side (A) is the authentic one, while Sedcontra prefers the shorther (B) side. Despite the mystery under which this issue is, I decided to preserve both sides.
The cassette was released in the same year of Oscar Abril Ascaso and Sedcontra assembling, 1990 as limited edition of 50 copies that were sold out in the blink of an eye.
From then, Oscar Abril Ascaso + Sedcontra will refrain from releasing
their sound works, apart from their very occasional involvement in
a few compilations, concentrating exclusively on their radio programmes
and live concerts.
In 1991, they perform their first concert in a neodadaist festival,
and are forced to leave the stage by the organisers of the event.
Rarely performing in public, during the next five years they will
perform only about ten more concerts.
In the first half of the nineties, the Oscar Abril Ascaso + Sedcontra
concerts will be characterised by the use of microphone feedback,
shouts, noise, industrial sounds, a variety of material from record
albums, and by their loopism (notably, they are considered the inventors
of the clot system, which consists of applying an adhesive tape
ball onto the vinyl surface of a record in order to stop the advance
of the turntables needle at a random point). At the same time,
they will do their own radio programme for six years, also called
Oscar Abril Ascaso + Sedcontra, in the independent radio station
Radio Pica of Barcelona, where they will broadcast their studio
productions.
In 1996, Oscar Abril Ascaso + Sedcontra split up, and three years
later start working together again. During 1999, they prepare their
new sound formulations, and in 2000 they return to the stage with
a concert at the Experimentaclub'00 music festival, organised in
Madrid by the record label Por Caridad Producciones.
At this new point in time, Oscar Abril Ascaso + Sedcontra will start
working with the possibilities offered by computer audio software,
continuing a personal sound experience begun ten years before.
At present, their work is focused on establishing an on-line programme
through their own website. (Since then it's been obviously removed!)
SEDCONTRA. ¿Por qué hablar sobre la primera etapa de Oscar Abril Ascaso + Sedcontra ahora? En primer lugar, porque sí.
En segundo lugar, porque su irreverente paso por la escena musical más
experimental de Barcelona en los primeros noventa corre el riesgo de ser
definitivamente borrado. Puesto que nadie se acuerda de su primera
trayectoria sino ellos mismos, este ejercicio de memoria histórica
musical no podía ser llevado a cabo más que por ellos mismos. ¿Ejercicio
tendencioso y egotista? Por supuesto, fieles a aquella línea de
autorreferencialidad absurda que siempre les caracterizó. En tercer
lugar, porque, rompiendo por fin ese tupido velo que se corrió sobre
ellos, el sello Anòmia tiene previsto editar una doble casete con
material de la banda, la mayor parte inédito.
La complicidad en el ruido.
Oscar Abril Ascaso + Sedcontra fueron unos industriales tardíos, pero unos tardíos paradójicamente precursores, unos rezagados adelantados, pues en nuestro país, como es sabido, todo llega con retraso. En efecto, en el año 1990 en que empezaron, la música industrial llevaba ya más de una década existiendo. Pero a Barcelona apenas había llegado, al menos no en sentido estricto, o lo había hecho de manera muy undergroundy casi anecdótica. Nadie se había dado por enterado, y a juzgar por el modo en que Oscar Abril Ascaso + Sedcontra fueron ignorados, nadie seguiría dándose por enterado durante casi una década más. Industriales “en sentido estricto”, esto es, de espíritu, de actitud y de sonido, quizá todavía no los había habido en la Ciudad Condal (¿La Fura dels Baus, al principio?). En cualquier caso, fueron pioneros a la hora de movilizar toda una parafernalia y modus operandi genuinamente industriales: bidones y planchas de metal recogidos en chatarrerías de extrarradio, loops realizados con cintas de casete, vinilismo, acoples de micro, ruidismo analógico, gritos en lenguaje ininteligible a través de megáfonos, descarado apropiacionismo sonoro de fragmentos de canciones, rabia y violencia escénicas… Su nihilismo tenía un componente innegable de intelectualidad conceptual. Con razón, se definían a sí mismos, no sin humor, como “el objeto sin concepto”. Y es que Oscar Abril Ascaso + Sedcontra eran más que un grupo de música, antes que nada eran una entidad no categorizable, más aún, una pulsión, destructora y deconstructora, sin objeto. Todo lo que cayera en sus manos, y en primer lugar ellos mismos, estaba destinado a sufrir una malévola reductio ad absurdum. La música era un medio, no un fin. Eso sí, su medio por excelencia, como buenos melómanos que eran. Cuando se conocieron en el año 90, Oscar Abril Ascaso venía del pop y del postpunk, pero había empezado a desarrollar un creciente interés por el ruido; mientras que Sedcontra, obsesivo oyente de la música industrial de los primeros ochentas, llevaba años experimentando con cintas de casete, grabando ruidos y sometiéndolos a todo tipo de manipulaciones. “¿Te gusta el ruido?”, fue la primera pregunta musical que le espetó Oscar Abril Ascaso a Sedcontra en la habitación de hospital en que se conocieron – encontrándose el primero convaleciente de una úlcera infligida por la vida misma –. Esa pregunta tan simple y directa, que hoy en día podría parecer hasta ingenua, revestía entonces un carácter tremendamente subversivo y estaba impregnada de inusitada novedad. La respuesta afirmativa de Sedcontra, su rotundo y lacónico “sí”, no podía significar más que una rara y extraordinaria complicidad en el ruido y el inicio de una colaboración cuya radicalidad se les escapaba a los propios interesados. No en vano, uno de los posibles nombres de banda que barajaron fue el de Cabrons de la Música, antes de dar felizmente con el idiosincrático e ineludible Oscar Abril Ascaso + Sedcontra. ¿Qué otro nombre era posible determinar para dos singularidades resueltas y decididas a hacer tabla rasa de todas las convenciones musicales, en favor del interés común que compartían: el ruido, sino aquél con el que cada uno por separado se daba a conocer a sí mismo ya antes de conocerse, sólo que articulados ambos mediante el signo aritmético +? Fue uno de esos casos en que el nombre le escoge a uno, y no uno al nombre. Superstición o no, se diría que un proyecto está destinado a funcionar o a fracasar según que su nombre surja con esa facilidad y pertinencia, o que por el contrario, sea el resultado de mil indecisiones y debates. Desde el primer momento les unió una pulsión de no respetar nada, de prescindir de los códigos habituales musicales y escénicos, y un desprecio absoluto por la audiencia y el oyente. El ruido como absoluto musical que imponer autoritaria y catárticamente al oyente.
Una cinta de casete.
Desconsiderados también para consigo mismos, nunca se preocuparon de
labrarse su propia historia a través de los canales habituales de los
que se sirve toda banda: la grabación y edición de la propia música y
las actuaciones en vivo. En los cinco años que duró esa primera etapa,
editaron una sola casete y dieron unos pocos conciertos, exactamente
nueve – es decir, haciendo una media, a casi dos conciertos por año –.
La cinta – cómo no, titulada homónimamente Oscar Abril Ascaso + Sedcontra
– fue autoeditada en 1990 con una tirada limitada de 50 copias, y fue
producida por Anki Toner, vocalista de Superelvis, en unos estudios de
grabación del barrio de Gracia. (La referencia de catálogo + 001,
con tres dígitos de margen para una posible ampliación de su
discografía, auguraba futuras ediciones, pero casi inmediatamente
después, en un gesto radical sin precedentes, la banda desestimó editar
nada más: nunca siguió una referencia + 002). Siguiendo la
tradición de envoltorios con materiales de desecho que algunas bandas de
música industrial realizaran en los ochenta (léase Zoviet France, De
Fabriek…), la cinta en cuestión venía presentada en un artesanal packaging
de cartón gris al que se le había pegado una fotografía en blanco y
negro, obra de Christian Ribas. En ella se veía de cintura para abajo un
cuerpo femenino desnudo a través de un pequeño ventanal de un oscuro y
claustrofóbico sótano. El contenido sonoro consistía en una serie de
loops estratificados progresivamente unos sobre otros: primero, durante
más de diez minutos, unos repetitivos chirridos de bisagras de puerta
taladran al oyente, sin tratamiento alguno, en una rara alianza de musique concrète
y loopismo, después se les superponen sucesivas capas de loops de
piano, mortecinos y luctuosos (de hecho, están sampleados de la Marcha fúnebre de Chopin). Se trata a la vez de una pieza-experiencia
y de una pieza-concepto que juega con los efectos sobre el oyente de la
iteración invariable del sonido. El transcurso de la pieza fue
perfectamente planificado y dispuesto para producir por acumulación una
determinada impresión sonora y hasta un determinado estado de ánimo. La
escucha de sus interminables bucles parece remitir a una especie de
estado mental de angustiosa y a la vez melancólica ausencia de salida,
como haciéndose eco de aquella frase de Levinas: “el afuera no es
posible, no el afuera, sino su idea”, y al mismo tiempo como si de una
traducción musical de la mencionada fotografía se tratara. No es
necesario decir que esta cinta tuvo una nula recepción...
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