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sábado, 10 de noviembre de 2018

VARIOUS - NOISE CLUB UNO (POR CARIDAD PRODUCCIONES, CD ALBUM, 1994) (MP3 320)


A petición de varios seguidores de WET DREAMS, repongo este material que tenía los links caídos.

Una rara y curiosa recopilación que no consta ni en el vademecum Discogs. Editado en Ectoplasma Estudio en la primavera de 1994 por el sello Por caridad producciones, en estacompilación se reúne la flor y nata del underground electrónico y experimental europeo aunque con mucha presencia ibérica. Echadle un ojo al tracklist o a la misma portada y flipad.

DISFRUTAD !!!




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miércoles, 6 de enero de 2016

MARK CUNNINGHAM-1997-Blood River Dusk (POR CARIDAD PRODUCCIONES, PCP019CD) (WAV)



Dedicado con todo mi amor a JOSEP Y A SU COMPAÑERA, a él para que la cuide y a ella para que siga corriendo como la niña que es.

Este disco me supera, o mejor, me hace superar, el paso del tiempo, el hastío existencial cuando las cosas vienen mal dadas y, todavía mejor, potencia mi alegría cuando vienen bien dadas. Tengo una especie de deuda sentimental con la obra de MARK CUNNINGHAM, con toda su obra, desde MARS hasta DON KING y JOHN GAVANTI pasando por RAEO, BÉSTIA FÈRIDA , CONVOLUTION y su ultimo proyecto, BLOOD QUARTET.

Es su único disco en solitario, aunque cuenta con las colaboraciones puntuales de SILVIA MESTRES y de ORIOL ROSSELL. Editado en POR CARIDAD PRODUCCIONES en 1997 en CD y reeditado en 2013 por FEEDING TUBE RECORDS en vinilo. La versión que posteo es la primera y prefiero ripearla directamente en WAV. 

La  serenidad que me provoca esta música es algo exclusivamente personal para lo que no tengo explicación. BLOOD MERDIDIAN, el tema, es como la banda sonora de un niño corriendo veloz detrás de un animal inexistente a lo largo de una calle que sí existe. Cuando el niño está a punto de alcanzarlo, la calle se termina y el animal desaparece. El niño jadea y sigue corriendo, el animal vuelve a aparecer  delante de él y la calle también, pero más corta y más nocturna. El niño soy yo pero su cara no es la mía, el animal es la vida y tiene innumerables patas. La calle es lo único real y que puedo reconocer como un espacio físico concreto, aquél en el que jugaba a la pelota con 5 o 6 años y en el que organizábamos carreras yo y mis amigos, ajenos a todo lo que no fuera correr más que los demás. O sea, mi única patria, la de mi infancia. No es un país, es un territorio mental, una calle en la que ya no vivo y por la que ya no corro. El animal sigue allí, se le multiplican las patas y me mira agazapado en actitud de reto ( ¿  a que no me pillas…?).

Ininteligible, lo sé. Un coñazo, lo sé. Pero me importa un carajo.





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